Interpretación: Diana Gadish (concepto y creación) y Esther Freixa

Apoyo dramatúrgico y acompañamiento: Toni Cots

El trabajo parte de la memoria corporal, sobre todo en relación a territorio y con la muerte. Como memoria corporal se entiende no sólo la memoria personal,
sino también toda la memoria heredada y la memoria compartida (colectiva). Desde el cuerpo expuesto se busca incidir sobre todo en la memoria colectiva 
anegada, para acceder al subconsciente colectivo que ha quedado enterrado. Una memoria que conecta con la crueldad y la violencia del ser humano, y que lo
 hace desde el dolor y el placer, desde la destrucción y el anhelo primario de vida. La puesta en escena, pensada como un paisaje que va fluctuando y que paulatina
mente va llevando al espectador hacia una mirada contemplativa, es una invitación a un espacio de recogimiento y reflexión personal.