Montornès del Vallès se extiende por el valle bajo del río Mogent, hasta la confluencia con el río Congost. Las montañas del Parc de la Serralada Litoral a la izquierda y el Turó de les Tres Creus a la derecha guardan este municipio tranquilo, que nos ofrece atractivas rutas para hacer senderismo y para admirar el esplendor de la vegetación de ribera en su magnífico camino fluvial.
Historia, naturaleza, …
El pueblo está presidido por la iglesia de Sant Sadurní, antiguo templo románico que conserva el ábside en buen estado, después de las sucesivas reformas que se le hicieron durante los siglos XVI y XVII.
Un paseo por los alrededores del núcleo antiguo nos mostrará grandes casas pairales como Can Masferrer, Can Vilaró o Mas Calders, típicas edificaciones indispensables para entender la forma de vida y la cultura de los habitantes de la zona.
Si nos adentramos en la cordillera, rodeando la Torre de l’Homenatge del Castell de Sant Miquel, encontraremos un poblado íbero que seguro despertará nuestro interés por los orígenes milenarios de este lugar.
Historia que vemos representada también en el yacimiento de Mons Observans, asentamiento romano del siglo II aC declarado Bien de Interés Nacional en el año 2008. Se trata de una residencia de los primeros tiempos de la romanización, con dos cisternas y estancias donde descubrir pinturas murales de estilo pompeyano.
En la cima de una pequeña colina situada a poniente encontraremos la primera estación de telegrafía óptica de Cataluña que ha sido museizada. Es la Torre del Telègraf, alzada en el año 1848 y restaurada en 2012.
Cerca de la cordillera de Can Parellada, siguiendo el camino hacia Palou, está el refugio antiaéreo de Ca l’Arnau. Construido a mediados de 1938, lo forma una galería subterránea de más de cien metros que ofrecía protección al destacamento militar del aeródromo 329 del ejército de la República.
Y tradición
El tercer fin de semana de septiembre empiezan la fiestas populares más esperadas de Montornès del Vallès, con la Cremada de l’Ajuntament y los fuegos artificiales de la colla del Drac i Diable.
El encuentro de gegants es una de las citas ineludibles, también para los visitantes. La gente vibra con la tradicional Dansa de Batalla, protagonizada por los gegants Pere Anton de Rocacrespa y Bartomeu Sala. En este baile se representa la contienda que tuvo lugar en el pueblo el 4 de enero de 1485 y que significó el fin de la Guerra dels Remences, cuando los campesinos vencieron a la veguería de Barcelona.
Este hecho histórico también inspira La Remençada, un espectáculo poético musical representado en las calles que se estrenó en junio de 2014 con la voluntad de llegar a ser un referente de la cultura popular.