Sant Esteve, que está dominado por la presencia altiva del macizo del Montseny como cuadro de fondo, cuenta con un paisaje agrícola y un ecosistema mediterráneo con diversos estados de transición. Se alternan bosques de encinas y pinos con grandes campos abiertos, y es destacable la presencia de numerosos recursos hídricos: un pantano, la Tordera, rieras, fuentes, balsas de regantes, lavaderos…
También son relevantes la plana de Sant Esteve (lugar que ocupan la mayor parte de casas del pueblo), el torrente del Reguissol y la riera Vallmanya. En los torrentes aún se conserva bien el bosque de ribera en galeria, bien visibles desde la llanura. Al lado del castilo de Montclús, el bosque de eucaliptos es una muestra de la importante colonización de esta especie, peligrosa por su combustibilidad.
En Sant Esteve de Palautordera hay dos castillos, el de Montclús y el de Fluvià, si bien este último no era prapiamente un castillo si no un gran casal. El origen del castillo de Montclús se puede remontar como mínimo al siglo XI. El castillo tiene dos recintos: el jussà, del cual se conservan restos de la muralla defensiva, del foso y de la capilla original de Santa Margarida, y el sobirà, del que destacan los muros imponentes del edificio principal y una poderosa torre cilíndrica. La distribución interior de este segundo recinto se organiza alrededor de un patio central, donde destaca la torre maestra. Esta fortaleza fue una de las más importantes del Montseny, ya que gracias a su posición estratégica, dominaba la entrada del valle de la Tordera. Las primeras notícias del castillo de Fluvià datan del año 1154. La construcción contiene la iglesia románica de Sant Cebrià, conservada íntegramente dentro del moderno edificio del castillo. Pero el principal centro espiritual de la vila es la iglesia de Sant Esteve, una de las iglesias documentalmente más antiguas del Vallès, la cual conserva restos de la antigua iglesia, del s. XII. En este pueblo también encontraremos el poblado ibérico de Montclús, que data de los s. II-III a.C. y que fue abandonado en el s. I a.C.. También son interesantes las masias de ca l’Auleda (con ventana coronella gótica) y can Bonamic (1553); y, cerca de la Tordera, algunos antiguos molinos totalmente fuera de uso.
