Su historia está estrechamente relacionada al termalismo, desde las épocas de antaño y sobretodo durante la romanización, de la cual conserva vestigios de interés como la villa romana de Can Terrers declarada Bien Cultural de interés Nacional. El nuclio urbano se formó al rededor de las fuentes termales, con aguas calientes superirores a 60ªC.
Sus aguas termales han sido siempre utilizadas durante las diferentes épocas, pero es a principios del siglo XX cuando el fenómeno del veraneo pone en alza este patrimonio natural, cuando la burgesía catalana escoge La Garriga como destino turístico.
Más información del itinerario La Garriga villa termal y de veraneo